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Uno de los aspectos clave del proyecto fue la cimentación profunda, ya que el estudio geotécnico reveló que el terreno tenía una baja capacidad portante. Para garantizar la estabilidad del edificio, se optó por la ejecución de pilotes prefabricados por hinca a 7 metros de profundidad, utilizando un sistema de control en tiempo real con Pruebas Dinámicas de Carga mediante el Analizador de Hinca de Pilotes (A.H.P.). Este método no destructivo sobre pilotes definitivos permitió un análisis detallado de las condiciones del terreno y la integridad de los pilotes, asegurando su capacidad de carga tanto en fuste como en punta. Este enfoque no solo garantiza la estabilidad estructural, sino que refuerza el concepto «llaves en mano», subrayando nuestra capacidad para ejecutar cada fase del proyecto con precisión y eficiencia.

Otro reto destacado fue la construcción de muros de contención de más de 9 metros de altura. Para ello, se optó por un sistema de hormigón prefabricado con canto variable y contrafuertes, lo que permitió mejorar significativamente la seguridad en obra y reducir los tiempos de ejecución al evitar el uso de andamios, encofrados y otros sistemas tradicionales. Este método no solo optimizó la rapidez del montaje, sino que también proporcionó un acabado de alta calidad que armoniza con el diseño general de la instalación.